UN LUGAR ÚNICO PARA PRESERVAR

FINCA VICTORIA

Al rescate de una tierra y un pueblo con historia

“Soñamos y construimos día a día un proyecto vitícola y turístico de recuperación y desarrollo sustentable”.

En Durigutti Family Winemakers pusimos en marcha un proyecto de vida en nuestros viñedos propios llamados Finca Victoria, donde nos propusimos ser líderes en el camino hacia la sostenibilidad en nuestro lugar de origen, Las Compuertas. Nuestro compromiso con la agricultura orgánica y las prácticas sustentables es una realidad presente en las pequeñas decisiones todos los días.

Buscamos coexistir en armonía con la naturaleza, respetando el equilibrio del ecosistema y preservando el valioso legado histórico-cultural que heredamos. Llevamos adelante una agricultura regenerativa con técnicas de conservación del suelo junto al cuidado meticuloso de los viñedos y el uso eficiente de recursos hídricos y energéticos. Desde el año 2021 contamos con certificación orgánica de bodega y viñedos por Letis Argentina y trabajamos activamente en programas de recuperación, sostenibilidad y mejoras.

Nuestra finca cuenta con 34 hectáreas donde conviven zonas productivas y turísticas. Casi 20 hectáreas plantadas albergan variedades con antigua carga genética, reproducidas en nuestros propios viveros para preservar su ADN, entre las que se encuentran cepas originarias recuperadas como la Criolla y plantas de Malbec centenario de comienzos del 1900, que mantienen viva nuestra historia vitivinícola con un perfil enológico de alta calidad.

En Durigutti Family Winemakers pusimos en marcha un proyecto de vida en nuestros viñedos propios llamados Finca Victoria, donde nos propusimos ser líderes en el camino hacia la sostenibilidad en nuestro lugar de origen, Las Compuertas. Nuestro compromiso con la agricultura orgánica y las prácticas sustentables es una realidad presente en las pequeñas decisiones todos los días.

Buscamos coexistir en armonía con la naturaleza, respetando el equilibrio del ecosistema y preservando el valioso legado histórico-cultural que heredamos. Llevamos adelante una agricultura regenerativa con técnicas de conservación del suelo junto al cuidado meticuloso de los viñedos y el uso eficiente de recursos hídricos y energéticos. Desde el año 2021 contamos con certificación orgánica de bodega y viñedos por Letis Argentina y trabajamos activamente en programas de recuperación, sostenibilidad y mejoras.

Nuestra finca cuenta con 34 hectáreas donde conviven zonas productivas y turísticas. Casi 20 hectáreas plantadas albergan variedades con antigua carga genética, reproducidas en nuestros propios viveros para preservar su ADN, entre las que se encuentran cepas originarias recuperadas como la Criolla y plantas de Malbec centenario de comienzos del 1900, que mantienen viva nuestra historia vitivinícola con un perfil enológico de alta calidad.

La idea de un pueblo.

El master plan para el desarrollo de Finca Victoria se inspiró en el concepto “de pueblo”, con una propuesta arquitectónica minimalista y modular. Tal cual emerge un pueblo real, este proyecto es en etapas a lo largo del tiempo, con volúmenes independientes que emergen paulatinamente en el paisaje y conviven con el entorno natural. Para ello se priorizó el paisajismo por sobre la arquitectura, con simpleza estética-visual y con alta funcionalidad, buscando la mayor eficiencia con un mejor aprovechamiento natural de los recursos, como la disposición y orientación de las unidades volumétricas en función de los flujos de aire y captación de luz o la materialidad de los elementos, sus texturas y colores, lo que promueve su longevidad y mantenimiento.

Paisajismo vivencial.

El diseño de la finca invita a un recorrido concebido en multi-espacios inmersos en la construcción de un paisaje mental vivo rodeado de viñedos, propicios para el desarrollo de actividades diversas que permiten convivir en los rincones de la propiedad con propuestas simultáneas. Los elementos visuales elegidos acompañan, acogen, envuelven, contienen y se integran de manera orgánica para no irrumpir en el entorno natural. En cada sector se busca que la persona sea parte de ese paisaje, como el punto focal de nuestro cuadro en vivo, un muro de hormigón que funciona en la zona de eventos como ventana natural para lucir el paisaje de montañas y vides de fondo.

Diversidad de lenguajes.

El sector principal de la bodega emerge entorno a la represa, un espejo de agua de 7 millones de litros, alrededor del cual se diseñó la zona destinada a los eventos, denominada Las Aguas, un área abierta de 1800 m2 que cuenta con una plaza seca y pérgolas y con una plaza verde y puntos de fuegos.

Con una capacidad productiva actual de 600 mil litros, la bodega cuenta con dos naves equipadas con piletas de cemento sin epoxi, con un diseño modesto e intimista, donde se completa el espacio con huevos de cemento y ánforas de terracota de diversas capacidades, en concordancia con el estilo de los vinos orgánicos, naturales y de terruño bajo el concepto de finca que aquí se elaboran. Las naves, construidas en hormigón armado con paredes de 35 cm de espesor, llevan un alma de poliestireno expandido de 20 cm de espesor, que permite una excelente aislación térmica natural, algo no habitual en los cerramientos de hormigón armado macizo o de ladrillos. La cubierta del techo es de paneles de chapa con un alma de poliuretano que fomenta mayor eficiencia en el uso de recursos.

Se ha trabajado en todo el proyecto con materiales nobles de la zona, buscando aquellos con mayor preservación en el tiempo para que envejezcan de buena manera. Los materiales elegidos promueven la eficiencia energética, por durabilidad, bajo mantenimiento, optimización de la ventilación, luminosidad y temperatura natural en función de la orientación de las construcciones para protegerlas. Se pensó en funcionalidad y elementos estéticos, como la paleta de color elegida, que se erige sobre los tonos naturales del elemento tierra, o los detalles de texturas como la vista exterior de la bodega, modelada en negativo con cañas, un elemento utilizado también en los techos de otras unidades de la finca como las galerías de las casas de huéspedes o del Visitor Center actual, un homenaje en los muros a los materiales utilizados en las tradicionales bodegas mendocinas.

Lo contemporáneo con líneas simples y austeras en los sectores productivos se combina con el estilo tradicional y carácter de finca de otros espacios pensados para el visitante, como las casas de huéspedes y Visitor Center (Casa Victoria, Casa del Viticultor, Casa del Enólogo).

Desde lo paisajístico también se trabaja en el diseño con material local, como piedras bolas reacomodadas y plantas nativas como coirón, planta nativa de Mendoza, olivillo principalmente en el cerro, cortadera o chañares, que requieren bajo requerimiento hídrico. Estas se combinan con la flora ornamental exótica como las lavandas o rosas blancas, elegidas en su gama de color para combinar con los tonos verdes (inspirados en el viñedo), blancos (neutralidad, sutileza) y lilas (violáceos de la uva), una paleta delicada y pura que visualmente acompaña al paisaje de la vid. Se resaltan especies propias de la provincia, como xerófilas y frutales típicos de las fincas mendocinas, especialmente el olivo, característico en todas las propiedades en manos de inmigrantes.

Elementos.

En todos los espacios los elementos de la naturaleza están presentes en la experiencia inmersiva:

AIRE:
fluidez de los espacios y cielos abiertos para respirar el aire puro de montaña y contemplar las vistas panorámicas.

TIERRA:
vegetación con colores y texturas de la naturaleza, jugando con materiales locales como las piedras, presentes en pircas y contenciones, y elementos vivos como las flores, plantas nativas y frutales.

AGUA:
fuente de vida en un desierto, elemento protagonista en el paisaje y reservorio de agua que administra de manera sustentable este recurso, diseñada con forma orgánica 100% natural como punto focal y espejo que pone en valor el agua, luce reflejos y colores y es espacio de vida para diversos animales, además del agua que está presente en distintas fuentes durante el recorrido (pérgolas de bienvenida, jardines de las casas, exteriores del restaurante, huerta orgánica).

FUEGO:
expresa humanidad desde una cosmovisión histórica, donde el calor envuelve el espacio abierto y enciende las llamas de la cocina, el fuego invita al relax y se transforma en punto de encuentro, unión y conexión con otros, la gente se reúne alrededor del fuego, elemento presente en numerosos rincones de la finca, con hogares interiores, parrillas o asadores, grandes fogoneros hexagonales en la laguna y varios braseros que se encienden por las noches.

Finca Victoria

plano general

Las Aguas (zona eventos) – Plaza Seca & Plaza Verde

plano represa
Un árbol con historia

Los nogales tienen un significado especial y un valor simbólico en las fincas mendocinas, con un fuerte simbolismo cultural y patrimonial. Además de su sombra y

Protección, con su amplia copa y follaje denso, representan herencia y tradición, son árboles antiguos plantados por generaciones en conexión con la tierra. Longevos y resistente, son capaces de vivir durante décadas, símbolo de perseverancia y fortaleza en las comunidades rurales. En la cultura popular, los nogales son también símbolo de prosperidad y abundancia, debido a su capacidad para producir frutos valiosos tras los años, con un profundo arraigo emocional que conecta con su historia.

En Finca Victoria encontramos un nogal centenario. Este árbol fue respetado durante la construcción de la bodega y tenido en cuenta en el diseño del master plan para rendir homenaje a los valores heredados, su historia y valor.

La idea de un pueblo.

El master plan para el desarrollo de Finca Victoria se inspiró en el concepto “de pueblo”, con una propuesta arquitectónica minimalista y modular. Tal cual emerge un pueblo real, este proyecto es en etapas a lo largo del tiempo, con volúmenes independientes que emergen paulatinamente en el paisaje y conviven con el entorno natural. Para ello se priorizó el paisajismo por sobre la arquitectura, con simpleza estética-visual y con alta funcionalidad, buscando la mayor eficiencia con un mejor aprovechamiento natural de los recursos, como la disposición y orientación de las unidades volumétricas en función de los flujos de aire y captación de luz o la materialidad de los elementos, sus texturas y colores, lo que promueve su longevidad y mantenimiento.

Paisajismo vivencial.

El diseño de la finca invita a un recorrido concebido en multi-espacios inmersos en la construcción de un paisaje mental vivo rodeado de viñedos, propicios para el desarrollo de actividades diversas que permiten convivir en los rincones de la propiedad con propuestas simultáneas. Los elementos visuales elegidos acompañan, acogen, envuelven, contienen y se integran de manera orgánica para no irrumpir en el entorno natural. En cada sector se busca que la persona sea parte de ese paisaje, como el punto focal de nuestro cuadro en vivo, un muro de hormigón que funciona en la zona de eventos como ventana natural para lucir el paisaje de montañas y vides de fondo.

Diversidad de lenguajes.

El sector principal de la bodega emerge entorno a la represa, un espejo de agua de 7 millones de litros, alrededor del cual se diseñó la zona destinada a los eventos, denominada Las Aguas, un área abierta de 1800 m2 que cuenta con una plaza seca y pérgolas y con una plaza verde y puntos de fuegos.

Con una capacidad productiva actual de 600 mil litros, la bodega cuenta con dos naves equipadas con piletas de cemento sin epoxi, con un diseño modesto e intimista, donde se completa el espacio con huevos de cemento y ánforas de terracota de diversas capacidades, en concordancia con el estilo de los vinos orgánicos, naturales y de terruño bajo el concepto de finca que aquí se elaboran. Las naves, construidas en hormigón armado con paredes de 35 cm de espesor, llevan un alma de poliestireno expandido de 20 cm de espesor, que permite una excelente aislación térmica natural, algo no habitual en los cerramientos de hormigón armado macizo o de ladrillos. La cubierta del techo es de paneles de chapa con un alma de poliuretano que fomenta mayor eficiencia en el uso de recursos.

Se ha trabajado en todo el proyecto con materiales nobles de la zona, buscando aquellos con mayor preservación en el tiempo para que envejezcan de buena manera. Los materiales elegidos promueven la eficiencia energética, por durabilidad, bajo mantenimiento, optimización de la ventilación, luminosidad y temperatura natural en función de la orientación de las construcciones para protegerlas. Se pensó en funcionalidad y elementos estéticos, como la paleta de color elegida, que se erige sobre los tonos naturales del elemento tierra, o los detalles de texturas como la vista exterior de la bodega, modelada en negativo con cañas, un elemento utilizado también en los techos de otras unidades de la finca como las galerías de las casas de huéspedes o del Visitor Center actual, un homenaje en los muros a los materiales utilizados en las tradicionales bodegas mendocinas.

Lo contemporáneo con líneas simples y austeras en los sectores productivos se combina con el estilo tradicional y carácter de finca de otros espacios pensados para el visitante, como las casas de huéspedes y Visitor Center (Casa Victoria, Casa del Viticultor, Casa del Enólogo).

Desde lo paisajístico también se trabaja en el diseño con material local, como piedras bolas reacomodadas y plantas nativas como coirón, planta nativa de Mendoza, olivillo principalmente en el cerro, cortadera o chañares, que requieren bajo requerimiento hídrico. Estas se combinan con la flora ornamental exótica como las lavandas o rosas blancas, elegidas en su gama de color para combinar con los tonos verdes (inspirados en el viñedo), blancos (neutralidad, sutileza) y lilas (violáceos de la uva), una paleta delicada y pura que visualmente acompaña al paisaje de la vid. Se resaltan especies propias de la provincia, como xerófilas y frutales típicos de las fincas mendocinas, especialmente el olivo, característico en todas las propiedades en manos de inmigrantes.

Elementos.

En todos los espacios los elementos de la naturaleza están presentes en la experiencia inmersiva:

AIRE:
fluidez de los espacios y cielos abiertos para respirar el aire puro de montaña y contemplar las vistas panorámicas.

TIERRA:
vegetación con colores y texturas de la naturaleza, jugando con materiales locales como las piedras, presentes en pircas y contenciones, y elementos vivos como las flores, plantas nativas y frutales.

AGUA:
fuente de vida en un desierto, elemento protagonista en el paisaje y reservorio de agua que administra de manera sustentable este recurso, diseñada con forma orgánica 100% natural como punto focal y espejo que pone en valor el agua, luce reflejos y colores y es espacio de vida para diversos animales, además del agua que está presente en distintas fuentes durante el recorrido (pérgolas de bienvenida, jardines de las casas, exteriores del restaurante, huerta orgánica).

FUEGO:
expresa humanidad desde una cosmovisión histórica, donde el calor envuelve el espacio abierto y enciende las llamas de la cocina, el fuego invita al relax y se transforma en punto de encuentro, unión y conexión con otros, la gente se reúne alrededor del fuego, elemento presente en numerosos rincones de la finca, con hogares interiores, parrillas o asadores, grandes fogoneros hexagonales en la laguna y varios braseros que se encienden por las noches.

Finca Victoria

plano general

Las Aguas (zona eventos) – Plaza Seca & Plaza Verde

plano represa
Nogal histórico
Un árbol con historia

Los nogales tienen un significado especial y un valor simbólico en las fincas mendocinas, con un fuerte simbolismo cultural y patrimonial. Además de su sombra y

Protección, con su amplia copa y follaje denso, representan herencia y tradición, son árboles antiguos plantados por generaciones en conexión con la tierra. Longevos y resistente, son capaces de vivir durante décadas, símbolo de perseverancia y fortaleza en las comunidades rurales. En la cultura popular, los nogales son también símbolo de prosperidad y abundancia, debido a su capacidad para producir frutos valiosos tras los años, con un profundo arraigo emocional que conecta con su historia.

En Finca Victoria encontramos un nogal centenario. Este árbol fue respetado durante la construcción de la bodega y tenido en cuenta en el diseño del master plan para rendir homenaje a los valores heredados, su historia y valor.