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DE LA HUERTA A LA MESA

“Somos una bodega con una visión a largo plazo, con un propósito en un lugar y con un proyecto sustentable en marcha integral e integrador”.

Cada espacio de la finca, incluida la cocina y su huerta, está íntimamente ligada a un mismo concepto con sentido de pertenencia a un lugar, nuestra finca certificada orgánica en Las Compuertas.

 La huerta orgánica es la proveedora natural de los ingredientes más frescos que utiliza nuestro restaurante de bodega 5 SUELOS – COCINA DE FINCA. Estos ingredientes, junto a los que nos abastecen los proveedores seleccionados de la zona con los que trabajamos en estrecha colaboración, hacen posible una propuesta gastronómica de Km0 (garden to table) con una cocina artesanal, viva, con productos frescos de estación y mucha identidad de lugar.

La huerta se encuentra integrada al restaurante, reciclando materia orgánica de la finca, para que el visitante pueda disfrutar de una experiencia lúdica allí. Este sector se diseña en diferentes niveles visuales: una zona floral perimetral que permite defender a las plantas de enemigos naturales (apto también comestible), otros espacios dedicados a las aromáticas – algunas nativas como el tomillo criollo – y a plantas de variedades que no son híbridas. Se juega con diversas variedades en colores de vegetales y frutales (como tomates o zanahorias) y se trabaja en ornamentación con el reciclado de barricas usadas de la bodega para el armado de macetones o cestos de residuos diseñados con garrafas de descarte. La huerta incluye compostera, invernadero y secadero (en proceso) y conecta con el visitante en un paseo entre viñedos junto a una zona a cielo abierto de livings para esparcimiento.

Cada espacio de la finca, incluida la cocina y su huerta, está íntimamente ligada a un mismo concepto con sentido de pertenencia a un lugar, nuestra finca certificada orgánica en Las Compuertas.

 La huerta orgánica es la proveedora natural de los ingredientes más frescos que utiliza nuestro restaurante de bodega 5 SUELOS – COCINA DE FINCA. Estos ingredientes, junto a los que nos abastecen los proveedores seleccionados de la zona con los que trabajamos en estrecha colaboración, hacen posible una propuesta gastronómica de Km0 (garden to table) con una cocina artesanal, viva, con productos frescos de estación y mucha identidad de lugar.

La huerta se encuentra integrada al restaurante, reciclando materia orgánica de la finca, para que el visitante pueda disfrutar de una experiencia lúdica allí. Este sector se diseña en diferentes niveles visuales: una zona floral perimetral que permite defender a las plantas de enemigos naturales (apto también comestible), otros espacios dedicados a las aromáticas – algunas nativas como el tomillo criollo – y a plantas de variedades que no son híbridas. Se juega con diversas variedades en colores de vegetales y frutales (como tomates o zanahorias) y se trabaja en ornamentación con el reciclado de barricas usadas de la bodega para el armado de macetones o cestos de residuos diseñados con garrafas de descarte. La huerta incluye compostera, invernadero y secadero (en proceso) y conecta con el visitante en un paseo entre viñedos junto a una zona a cielo abierto de livings para esparcimiento.