En un pequeño rincón del Ribeiro, Galicia, un nuevo sueño de Héctor y Pablo Durigutti se hace realidad. Aquí iniciaron sus primeros pasos como enólogos extranjeros recorriendo la aldea de As Bouzas, Castrelo de Miño (Ourense) en el año 2014, probando sus vinos y conociendo la filosofía propia de este lugar. En el 2016, maravillados con el potencial de los viñedos, compraron las primeras tierras y una antigua casa de piedra originaria del año 1836, que alguna vez supo ser una bodega familiar. En el 2017 vendimiaron por primera vez y comenzaron el proceso de recuperación y restauración de la pequeña casa, para convertirla en la nueva bodega: Castrelo Das Pedras 1836.
A esta visión inicial de los hermanos Durigutti se sumó en el 2017 el enólogo italiano Attilio Pagli, con quien Héctor compartió años de trabajo y experiencias, y el empresario y viticultor local Francisco Cernadas, ambos piezas elementales para la materialización de este emprendimiento.